domingo, 6 de marzo de 2011

Contribución al estudio de la huachafería en al arte I (Héctor Velarde)

"Huachafería es peruanismo.

Aristóteles, que sabía mucho, dijo algo bastante cómodo y que hasta ahora se emplea. Dijo que todo tiene fondo y forma; que la serenidad se establece cuando el fondo y la forma coinciden, se equilibran o igualan; que el dolor surge cuando el fondo domina y desborda a la forma yq eu lo cómico estalla cuando la forma supera al fondo hasta quedar suelta y a solas. Esto último está de acuerdo con Bergson: 'Una cosa es ridícula porque lo mecánico se ha aplicado a la vida'. Bergson ha tecnificado a Aristóteles. Hoy la forma es la mecánica y el fondo es la vida.

Tratemos ahora de saber que hubiera pensado Aristóteles de la huachafería. ¿Cómo actúa el fondo y cómo aparece la forma en esta expresión abundante, enternecedora y dulcete del espíritu humano?

Veámoslo.

Cuando la huachafería asoma, se observa ante todo un desequilibrio, se nota falta de estabilidad y reposo, la serenidad desaparece, el fondo y la forma no coinciden. Estamos, según Aristóteles, en el dolor o en lo ridículo. Si la huachafería estuviera únicamente en el dolor, el fondo estaría por encima de la forma y la huachafería está, por consiguiente, según Aristóteles, en la categoría de lo ridículo. Esto ya lo sabemos sin necesidad de Aristóteles, pero comprendemos que hay algo más que Aristóteles no podía percibir en su época, en que Grecia estaba aún muy armoniosa.

Estamos de acuerdo en que la huachafería es helénicamente cómica, pero eso no basta. Eso la ubica pero no la define. Es lo risible de la huachafería siempre hay algo de miseria que nos conmueve. Cuando la forma no llega a superar al fondo íntegramente, se rompe el equilibrio, vamos a lo cómico, pero no se produce la independencia de la forma que anula el dolor. La huachafería permanece lejana pero ligada al fondo; por eso hay en ella suspiros y melancolía. Este matiz en el camino que parte de la armonía para aproximarse al disparate, que sale de la unidad a la casi descomposición, se observa en el arte y en la vida con mayor claridad, gracias a Aristóteles y a lo que acabamos de exponer.

Las épocas de decadencia en la historia se producen cuando el fondo de las culturas principia a ser superado por las formas civilizadores, cuando la quietud de lo clásico comienza a perder su natural reposo para convertirse en etiqueta, academia y protocolo. La sensibilidad patética o melosa es lo que queda después de las grandes épocas de equilibrio, después del drama y la contemplación. La huachafería de Pérgamo y de Alejandría es evidente. El fin del Imperio Romano es dolorosamente huachafo. El barroco italiano es bellamente huachafo. El rococó francés es deliciosamente huachafo. El arte de 1900, el 'art nouveau', ha sido nauseabundamente huachafo. La forma trata de llenar el fondo ya perforado de esas épocas. Es el fin de un proceso. En la huachafería no se puede negar que hay una mezcla profunda de ingenio, poesía y mál gusto."

Continuará...


Velarde, Héctor. "Contribución al estudio de la huachafería en el arte." In Obras completas (II), by Héctor Velarde, 393-196. Lima: Francisco Moncloa Editores, 1966.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sra. o Srta. Dreifuss,
Aun no he revisado como quisiera y debiera su blog, pero sí lo suficiente para saber que Ud. ha hecho realidad una de mis fantasías. O tal vez algo como un norte de mis fantasías porque lo mío habría sido algo completamente amateur. La felicito por su trabajo y su (futura?) tesis que denotan sensibilidad y profundidad.
Ya estaré regresando para comentar sus posts.
VC.

Cristina Dreifuss Serrano dijo...

¡Muchas gracias!
Sí, la tesis aún es futura, pero está por ver la luz en breve.
Saludos,
Cristina

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