jueves, 27 de agosto de 2009

Introducción 2.0

Huachafo es el término tajante que relega las nuevas manifestaciones (mestizas) al campo de lo risible, de lo ingenuo, de lo kitsch, de lo contaminado… de aquello que, según los cánones oficiales, no es correcto y no pertenece.

Sabemos que el huachafo existe, como categoría estética y social - asumimos, además, que lo estético está fuertemente ligado a lo social. Sabemos que el término huachafo nos ayuda a definir las manifestaciones estéticas de la arquitectura limeña autoconstruida.

Encontramos huachafo en elementos aislados, puramente ornamentales que se colocan en la arquitectura; lo encontramos en elementos funcionales a los que se da distintas formas o materiales que generan una composición "distinta"; lo encontramos en el edificio en su totalidad, en las diferentes etapas de su crecimiento paulatino y en el producto terminado; finalmente, encontramos el huachafo en el barrio en su conjunto, en la manera como la arquitectura se relaciona entre sí, en el entorno urbano y los espacios públicos.


¿Y ahora? ¿Qué hacemos con esta arquitectura huachafa, informal, autoconstruída, que constituye más del 70% de lo edificado en Lima?

Alex Selenitsch, en una intervención durante una mesa redonda en el simposio Writing Architecture (Brisbane, 15 y 16 de Agosto, 2009), planteo el que esta arquitectura no sea sólo objeto de estudio o debate, sino fuente de creatividad - y eventualmente aprendizaje - para los arquitectos proyectistas.

El tema, entonces, se vuelve a las aulas y a la práctica cotidiana de la arquitectura.

¿Cómo incorporar lo huachafo en la arquitectura limeña autoconstruída a la enseñanza de la arquitectura al interior de las facultades? ¿Cómo incorporarla a nuestra labor de proyectistas?
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